La temporada deportiva para los equipos abulenses ha comenzado hace escasos días o semanas en el caso del fútbol, mientras que aun queda tiempo para que lo hagan los conjuntos de baloncesto, balonmano (¿saldrá por fin el BM Ávila 7 Metros?) o voleibol.

Normalmente en los inicios cada uno de los aficionados a estos deportes parte con las mayores ilusiones para que se cumplan los objetivos deportivos de su equipo favorito, que son obtener al final de la campaña la mejor clasificación posible y si es el ascenso de categoría, mucho mejor.

En esta época de vacas flacas cuando los dos principales clubes deportivos abulenses, Real Ávila y Óbila, han tenido que recortar gastos de sus famélicos presupuestos; cuando el Balonmano Ávila Siete Metros está a punto de arrojar la toalla por falta de patrocinadores y una vez más, como sucedió en ocasiones anteriores, la sociedad, las instituciones y las empresas le han dado la espalda; poco después que por el mismo motivo el único equipo que teníamos en una máxima categoría deportiva nacional, como era el del Hockey Club Patín Ávila, ha tenido que renunciar a participar en la OK Liga Femenina (una vez más dejamos escapar otro tren en el que teníamos plaza), hablar de ilusiones, permítanme la redundancia es de ilusos.

Después de haber jugado tres años consecutivos los play off de ascenso a Segunda División B, pensábamos que el Real Ávila estaría otra vez entre los candidatos a meterse entre los cuatro primeros. Pero no nos hagamos ilusiones, seamos realistas. Ha habido importantes bajas en la plantilla y la mayoría de los recambios son chavales que acaban de salir o incluso están en edad juvenil. Yo tengo ilusión porque los Congui, Mario, Aitor, Nayel, David Franco y compañía sean piezas imprescindibles en el esquema encarnado. Démosle tiempo al tiempo pero aún tienen que crecer más deportivamente.

Las posibilidades en el equipo de baloncesto en una nueva categoría y tras una pretemporada discreta, hemos de pensar que pasan por mantenerse en la LEB Plata. La ausencia de Dreke Bouldin es alargada y la ilusión por ver un juego espectacular en el Carlos Sastre es ahora más inimaginable que hace unos meses. Hasta el momento el ahora denominado Fontedoso Carrefour El Bulevar ha mostrado bastantes carencias. ¿Dónde está el tiro exterior? ¿Será BJ Spencer la solución?  Y Richard Grznár, ¿se adaptará a España a sus 18 años?

Una última ilusión es que sirva para algo más que “apoyo moral” al BM Ávila 7 Metros el partido del próximo sábado 26 de septiembre (CUM Carlos Sastre, 20:00 horas) que jugarán el BM Madrid y el Pines BM Badajoz. De palmaditas en la espalda no se vive y en este caso lo que necesitan los chicos abulenses del balonmano es dinero para salir a competir. Si a este evento acuden pocas personas y aún menos aportan su granito de arena en los sorteos que se van a realizar, tendremos que empezar a pensar en que los problemas del deporte a la sociedad abulense le importan un pimiento y que ante ellos miramos para otro lado. ¿Alguien se acuerda de la desaparición del voleibol en Superliga femenina?

Ante realidades obvias, lo malo es que de ilusiones también se vive.